Primer certamen de jóvenes críticos en el Festival Internacional de Buenos Aires

jueves, 8 de octubre de 2009

Una impresión de Neva


Por Leila Gorojovsky

La obra chilena se llevó la ovación del público, que salió de la sala enmudecido.
¿Qué se puede decir de una obra que deja al espectador sin palabras? ¿Qué es más importante en este caso? ¿Relatar el desarrollo de la escena o describir la expresión atónita de la gente al salir de la sala?
Neva sucede en Rusia durante el Domingo Sangriento de 1905. Dos actrices y un actor esperan al resto del elenco para ensayar El jardín de los cerezos, de Anton Chejov. Olga, viuda de Chejov y actriz principal, se angustia porque no puede entrar en personaje. Aleko toma vodka. Masha habla pero no la escuchan. Los tres se preguntan dónde estarán los demás. Aunque ninguno quiera decirlo, el fantasma de la represión se cuela dentro de la salita. Se cuestionan la situación del país, sus desempeños actorales, el curso de Rusia, sus propias vidas, el papel del teatro y llaman a la realidad actual sin decirlo de manera explícita.
¿Qué más se puede decir?

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