Primer certamen de jóvenes críticos en el Festival Internacional de Buenos Aires

sábado, 17 de octubre de 2009

CRITEA: Entrevista a Miguel Passarini y Roberto Schneider


Por Lara De Luca y Julieta Emiliozzi y equipo del Laboratorio de producción y reflexión periodística del FIBA.

En la tarde del miércoles 7 de octubre, participamos de una hermosa charla con Roberto Schneider y Miguel Passarini -integrantes y fundadores de CRITEA- que hizo que el ambiente se llenara de ideas y colores. Una charla de la que por sobre todo se pudo obtener un enorme enriquecimiento.
En un principio el retraimiento se hizo presente en el Laboratorio de reflexión y producción periodística, hasta que una sola palabra salió de la boca de Schneider y surgió la fluidez. Saciaron nuestras ganas de aprender, contándonos sus historias y demostrando el amor que tienen por su profesión.


CRITEA es el Círculo de Críticos de las Artes Escénicas de la Republica Argentina. “Nació con la idea de ofrecer un lugar de pertenencia, contención, encuentro y diálogo a todos los periodistas por fuera del medio al que pertenecían.” dijo Passarini.
Esta entidad cuenta con una pequeña página web (www.critea.com.ar) que sueña con transformarse en un portal, donde puedan escribir todos los críticos del país.
“CRITEA es generadora de espacios y puentes para aquellos periodistas que desean que la gente lea lo que ellos tienen para contar. Siempre insistí en que los periodistas teatrales y los críticos teníamos que tener una referencia por fuera del medio que nos representa. Siempre me decía, cuando echaban a algún colega, que teníamos que tener una entidad, algo que nos avalara y que nos contuviera”, cuenta Passarini. Esta agrupación de “locos” como se auto rotulan -cuyo presidente es Roberto Schneider de Santa Fe, y su vicepresidente es Fausto Alfonso de Mendoza- y gracias a la pasión que tienen por su carrera, lograron establecer una Ley en Mendoza que prohíbe que se cierren teatros. Esto surgió porque el año pasado en esa provincia se cerraron quince salas independientes. Hicieron una movilización muy grande para conseguir su objetivo. A la fuerza de perseverancia pudieron reabrir tres salas. Lo que anhelan es que el triunfo en Mendoza se transfiera a otras situaciones en otras partes el país.

¿Cómo definen el concepto de crítico de teatro?
Roberto Schneider: No hay definiciones para el crítico, pero te puedo decir que ser crítico de teatro es maravilloso, porque somos representantes de locos que intentan hacer cultura. Se tiene que entender que no somos los que sabemos todo y que no cerramos el círculo de la creación. El que cierra ese círculo es definitivamente el público, que es el que va a decir si le gustó o no un espectáculo. La nuestra es una palabra experimentada que carga una mochila que tiene que ver con nuestra vida, nuestra formación y otras cosas más.

Miguel Passarini: La realidad es que uno es un espectador sensible, y esa es la responsabilidad que tenemos. Es un trabajo que completa la tarea de un creador.

¿Cómo es la formación para ser crítico?
Passarini: Es bastante interdisciplinaria, porque, como dice Roberto, uno lleva una mochila que está formada por lo que leés, por el cine y la televisión que viste... Es la manera en que te vinculás con el contexto con el que trabajás, los talleres y cursos que se hacen, etc. Estoy de acuerdo en que uno tiene que tener una base, pero no creo que exista “la base”. Para mí el aprendizaje mayor es cuando te quedás discutiendo por muchísimo tiempo sobre determinada obra. El intercambio de opiniones es fundamental.

¿Cómo es ser crítico del interior?
Roberto: El rol de crítico en el interior es distinto al de Buenos Aires porque tiene la oportunidad de seguir procesos de determinados artistas. Y tenemos algo que los periodistas porteños no tienen que es un espacio ganado por sobre todo con nuestro propio trabajo. Además, como estamos apasionados con el hecho teatral, insistimos hasta conseguir espacio en los medios.

¿Qué es una crítica?

Roberto: Siempre me pregunto lo siguiente: ¿Por qué no pensar en la crítica como un modo poético propio en el que uno pueda desplegar todo lo que uno conoce para encontrar un tipo de placer sensible e intelectual?

Miguel: La crítica tiene que tener un valor literario independientemente de que el tipo que la lea vaya o no a ver el espectáculo.

Desde su experiencia, ¿cuáles son las herramientas que nos recomiendan a la hora de escribir una crítica?

Miguel: Trato de no usar adjetivos calificativos que son ¡horribles! Me parece que hay que hablar de la percepción, de cómo uno se conecta con esa poética y cuáles son las sensaciones que te genera una obra. Cuando se trata de fenómenos vivos uno no puede ser lo suficientemente profesional, porque el que está en el escenario está vivo, y uno también está vivo. Hay que tener mucho cuidado cuando uno escribe de no herir a la gente. Hay que tener especial cuidado también con el uso de las palabras.

Roberto: Hace un rato hablé de la mochila, y creo que nunca hay que dejarla afuera. Siempre tiene que entrar con vos cuando vas a ver una obra.

¿Qué importancia tiene un festival para un periodista?
Miguel: La importancia de los festivales es que son principalmente espacios de formación. No importa si es la vanguardia del mundo, tampoco importa tanto la programación, lo que importa son los cruces que se generan en los festivales que no se dan en otros ámbitos. Es un espacio donde te encontrás con tus colegas e intercambiás opinión de determinados espectáculos.

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