Por Ana Ailén Federico
Ayer se estrenó la tercer obra que representa al teatro chileno en el FIBA, Diciembre. Nuevamente el director, Guillermo Calderón, juega con las emociones y la tensión de público.
Chile, 24 de diciembre del 2014. Se observa a tres hermanos que comparten la cena de Navidad. Sus conversaciones, o mejor dicho discusiones, se basan en los puntos de vista personales de los personajes en relación a la guerra que lleva a cabo Chile contra Perú y Bolivia. Esa misma noche Jorge, el hermano menor, deberá regresar a la guerra; una de las mellizas, Trinidad, quiere convencerlo para escaparse. Para ella, la guerra es una masacre innecesaria. Le conmueven las muertes de los soldados, entiende que detrás de cada de cada muerte hay familias enteras que se desarman, los ve a todos por igual, y entiende los puntos de vista. Mientras que Paula, la otra melliza, orgullosa de que su hermano esté en la guerra representando a su país, anhela ganar, y que Chile ocupe el territorio de los vencidos. No se interesa por las pérdidas del ejército enemigo, y confía en que su hermano saldrá sano y salvo.
Como si la guerra del norte fuera poco, a su vez, una de las tribus originarias de la zona, los Mapuches, han creado su propio estado en el sur del país, conocido como Mapu. Otro punto de conflicto entre las mellizas. Guillermo Calderón plantea todo este panorama cargado de historia y de ideales, de forma tal que los tratos, gestos, tonos de voz, modismos al hablar entre los personajes, desprenden estrepitosas carcajadas del público. Pero a su vez, el peso histórico y emocional de esos diálogos y puntos de vista pueden provocar el llanto. Ambas reacciones a la vez, una no desautoriza a la otra. “Chuta”.
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